Lo que son los niños... por dios de los dioses!!!

Ay que ver lo que los peques pueden conseguir con muy poco. Os cuento. Esta tarde ha sido algo movidita para mí, más que nada porque estaba de un lloriqueo de lo más tonto, pero no me sentía mal ni deprimida, todo lo contrario... Y es que ha habido una personita que ha sabido hacerme pensar sobre ciertas cosas que, para nosotros, resultan insignificantes.

Yo, por desgracia tengo, a la que considero mi verdadera familia (no la mía propia, sino la de la que era mi pareja hasta hace unos años. Ellos han sido y son mi verdadera familia), muy lejos de aquí, y son contadas las ocasiones que yo tengo para disfrutar de ellos. Por ello, normalmente, solemos llamarnos por teléfono y estar varias horas charlando (sí, tengo tarjeta VIP de Telefónica ). Es por ello que, tras un sentimiento de melancolía por no estar cerca de ellos y por la situación que se ha dado, he estado algo ida esta tarde (preocupaos cuando me veáis volar con una escoba, pero ahora no sería apropiado que lo hicierais ).

Llamaban al teléfono. Eran ellos. Menuda sorpresa me han dado!!!

Hemos hablado muy poquito, pero lo justo para estar informada de los últimos acontecimientos y de hablar con la cosita más rica que mis oídos han escuchado en mucho tiempo. Ella es una enana de 4 años, a la que sólo he escuchado hablar telefónicamente en tres ocasiones, pues le ha costado empezar a hablar, pero lo ha conseguido. Se llama Sammy y os aseguro que es una preciosidad, dulce, cariñosísima y dicharachera como pocas niñas he oído.

Cuando yo la vi por última vez, tenía tan sólo 1 añito recién cumplido (si no creo mal recordar) y, aunque pocos lo creáis, muchos de vosotros tenéis una foto de ella cuando era bebé en vuestros perfiles de Netlog

El caso es que, mientras hablaba con mi suegra por teléfono (lo siento, siempre será mi suegra), me ha pedido que, por unos minutos, hablara con ella para que así, mi suegra, pudiera atender a la llamada que estaba recibiendo en su móvil.
Diosss!!! Si la hubierais escuchado Sabéis lo que más me ha sorprendido? Que me recordara y reaccionara como si me tuviera allí mismo, ofreciéndome toda su alegría por hablar conmigo por teléfono, que me dijera los dibujos que me había hecho y que me iba a enviar por correo, que se molestara cuando le he preguntado por cómo le va en el cole contestándome ella que no me iba a contar si tenía novios (es que es la monda esta niña!!! jajaja, ya os digo, dicharachera donde las haya!!!).

Lejos de hacer ningún caso a mis preguntas (ya que ella era la que llevaba el hilo de la conversación, si es que...) me dice contundentemente que la escuche un momento que me tiene que preguntar algo importante. A todo esto, os debo informar de que la niña me habla medio charnego, es decir, ella es norteamericana y yo no entiendo apenas nada de inglés (lo justo para una conversación de indios y poco más).
Quería saber si yo era capaz de hacer magia (aúpa con la niña!!!). Le he dicho que, por teléfono, era algo imposible de hacer magia y me vuelve a reiterar la pregunta sobre la existencia de la magia. Le contesto que, al menos yo, no he sido nunca capaz de hacer magia (tampoco es que lo haya intentado).

Aquí viene lo bueno.......

Se queda callada por completo y, en una de esas, oigo pequeños soniditos que me resultan conocidos o, como mínimo, reconocibles. Estaba llorando!!!


- Qué te pasa Sammy? Estás llorando?

- No (que vendría a ser como un 'nuuu.....' )

- Cómo que no? Qué te pasa cariño? (y aquí me doy cuenta de algo.....) Estás llorando por lo de la magia?

(Siguen esos soniditos que me rompen en dos)

- Cariño no llores porque no exista la magia.......

- No lloro porque no exista la magia, lloro porque tú no sabes hacerla

- Por qué yo no sé hacerla? Por eso lloras cielo? (es evidente que aquí ya me ha partido el corazón en dos)

- Sí, porque si tú no puedes hacer magia… quién la hará? (La madre que me hizo!!! ... )

La he acabado por prometer que aprendería a hacer magia. Ni tan siquiera sé si se lo he dicho para tranquilizarla a ella o lo dije para tranquilizarme yo, pero desde que hablé con ella hoy me pregunto si, alguna vez, aprenderé a hacer magia y me doy cuenta de que es ella la que, desde su inocencia de 4 años, debería enseñarme a mí.


(Qué día más tonto llevo hoy por dios de los dioses...)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Trucos baratos...

"La oración de la rana" de Anthony de Mello

Ningún pedo huele y tu hijo/a no es feo/a