Nostalgia

Ha sido bonito revivir el comienzo de una amistad, de un cariño, de una pasión… tímidamente al principio, y luego, a medida que crecía, más abierta y sincera, hasta cuando comenzamos a llenarnos de dudas y sospechas, y con ello, los silencios. ¡Malditos silencios que rompen el alma! Esos silencios que callan verdades y que son más crueles que las propias mentiras... pero que tarde lo aprendí…No supe lo feliz que había llegado a ser, hasta ahora.

Era sincero escuchar a mis recuerdos, cuando hablábamos de música y cantos, cuando yo sentí necesidad urgente de escucharla y dejar que el grito que en mi interior estaba, despertara y soltara ese eco que me adentrara en otros horizontes armónicos. Ahora sólo me queda esa música que resuena en los silencios de mis amaneceres, que desborda mis sentimientos, que recuerda un ayer eterno en mí, pero prohibido al querer vivirlo de nuevo junto a mi...Dentro de mí, queda esa música, esas risas, esos sentimientos,esos patinazos del presente que te recuerdan el presagio de locura, de amenaza de un abismo anunciado que ahoga en un grito de angustia congelado, en la oscuridad de las tinieblas...Me atormenta, ¡no puedo más! Este silencio no cesa de gritar y me arropa en la nostalgia. ¡Pero debo despertar! Lo echo tanto de menos… ¡tanto!

Ya no distingo aquella ventana que me entregó uno de sus dulces amaneceres. Que sabia intensidad siento al escuchar esa brisa pasear, abatiendo ese frío que envuelve tan dulce despertar. Ahora la noche helada me habla de su mirada, de su eterna luz y al buscarla, siento su mirar eterno que amenaza mi falsa ingenuidad… De mis ojos brotan lágrimas del mar bravío y mitigan la sed más espantosa del marcado destino que va arañando sus atrevidas oleadas, tragándome la rabia del no vivir y sudando impotencia de no sentir. Debí conformarme con despertar cada noche helada entre sus frías marismas... ¿Pero como dejar pasar esta primavera sin ver el contraste de las flores moradas y su tibia dulzura de aquellas calmas compartidas? Deambulo por el eco de mis pasos presintiendo los reflejos de futuras pisadas en la arena que se pierden entre la niebla. Mi paso cansado me lleva a la vieja bahía que agota, entre sus fortificaciones de rocas, el amanecer de ese frío despertar… pero es hora de volver a casa.


Mi vuelta es pausada y temerosa, me envuelve un halo de tristeza, mientras la húmeda soledad de esta noche empieza a resbalar por mi piel. Oscura noche ésta, que me envuelve y me arrebata el mínimo aliento que el aire puro del día me ofrece. Esta soledad con viento frío y persistente, se cuela por los resquicios de mi ventana… aúlla en las noches plateadas frente al mar… temblando de espanto, están los recuerdos que buscan cobijo bajo mi mirada, dejando ahogar el recuerdo que ahoga mi plácido discurrir nocturno por la nostalgia. Llegó con el golpe del viento en la tarde, avasallándome con su dulzura. Ahora, mientras otros aromas me recuerdan las horas cálidas compartidas junto al mar, lucho cobardemente contra la certeza de mi propia ausencia.


Mi soledad me grita tras el telón de mis dudas y a mi temor, le falta su osadía. He vuelto a mis silencios, antes de que el nuevo día borrara la angustia de la noche que me hizo suya, buscando el eco de mis pasos que devuelven mi vacío una vez más. Podía haber muerto de frío, pero la noche gris con su manto de oscuridades, cerró el rostro, velando para siempre su brisa. Que extraña me siento… siento en mí un fuego que arde vigoroso que quiere tornarse en hielo al menor soplo de viento en la brisa de su velada. No quiero navegar… quiero abrazar la soledad, escuchar al silencio, besando ausencias y dejar que sus olas me traigan los cantos de su océano, esperando ver el amanecer con su saludo crepuscular...


Palabras dedicadas a aquellos que compartieron conmigo duros momentos y que me llevaron a la calma con su cariño y su amistad. Duras palabras para quien vive a mi lado esa angustia, pero reconfortante premio que otorga la amistad que ofrece ese respiro que contigo va, a tu lado, sin descansar. Simplemente yo... extensa en sentimientos, es cuánto hay en mí...

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