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Mostrando entradas de abril, 2008

Suele pasar...

Suele pasar, cuando te dicen que si no te quieres, no te quieren... Suele pasar, que si no me quiero, a nadie debería querer... Suele pasar, que parece un juego, pero es una realidad... Suele pasar, que me vivo sola y sin consuelo... Suele pasar, que me siento indigna sin un querer... Suele pasar, que si no me quiero, mi mundo es triste... Suele pasar, que me sabe amargo y lo siento hostil... Suele pasar que, en consecuencia, nada me gusta... Suele pasar, que todo me agrede y resulto ser infeliz... Suele pasar, que si alguien trata de ser amable, siempre sé un modo de joderlo todo... Suele pasar, pues me molesta que cualquier persona se quiera un poco, y yo a mí misma, no... ... pero podría pasar que alguien me pudiera entender... Si tu me entiendes y me aceptas, dame la mano, a ver si al fin con tu confianza, logro quererme y por lo tanto, quererte aún más a tí... Suele pasar, que la vida juega y juega a la vida... Suele pasar, que unos se quieren y muchos no... Suele pasar, que vam

Sólo en ocasiones...

En ocasiones me tropiezo de frente con la alegría, la escucho acercarse sigilosamente, la miro distraída y sigo adelante, ella insiste en aproximarse a mi a buscar su lugar, pero la despido sin más utilizando excusas vanas... En ocasiones la alegría toca mi puerta, se mantiene inamovible en su vestido violeta, y siempre ke me busca, me escondo de ella, en ocasiones me encuentra, en otras, simplemente se me hace imposible tenerla... En ocasiones la alegría provoca muecas en mi cara, me dibuja atardeceres amarillos para hacerme sonreír, me cuenta historias perdidas dnd poder encontrarme, pero siempre ke la escucho gritar mi nombre, acabo por encontrarme en medio de mi oscuridad... En ocasiones la alegría se ensaña, entra a mi casa de golpe abriendo puertas y ventanas, s e resiente porque me niego a recibirla, pero es ke, en ocasiones, la alegría me entristece.

Me he perdido...

Hoy mi día amaneció húmedo. La neblina cubre las montañas, el verdor de los bosques escondidos entre las sinuosas laderas de las mismas, se diluye entre las brumosas nubes que tejen collares en sus gargantas. Esta noche llovió en mi caparazón, el cielo rugió, los truenos anunciaban la tormenta, los relámpagos iluminaban el celaje perdido de la noche y la lluvia fue compañera de mis lágrimas. Cada día voy perdiendo algo, cada día voy dejando atrás un poco de lo que soy y un mucho de lo que antes fui, cada instante del tiempo que me envuelve, como bruma que queda después de la tormenta, me va desnudando a jirones el sentimiento, la pasión y la emoción sentida. Hoy llovió intensamente y mis ojos perdidos en alguna imagen, se rindieron al sueño que, a saltos, me hacía despertar para comprobar que… lamentablemente, me he perdido…