Una de tantas anécdotas...
Domingo por la mañana (bueno, de acuerdo que a las 15'30h se considera la tarde). Te levantas de la cama y... SORPRESA! ¿Dónde narices estás? Porque es obvio que esa no es tu cama, que esa no es tu habitación y que ese... ¿quién narices es ese? Es entonces cuando empiezas a recapacitar. A ver, ayer era Viernes y te llamó tu amiga Laly (sí hombre sí, esa amiga tuya de "mírame-que-mona-soy-y-cuántos-quilos-te-sobran-a-ti" que todos tenemos por algún lugar) para salir y quemar la noche (que puestos a pensar, quemar quemará ella, porque una lleva tanto tiempo a dos velas que cree tener un entaponamiento, y no de los mentales precisamente). Recuerdas haber ido a uno de esos locales cool (mujer! nos tenemos que modernizar, si cool, guay, fashion de la muerte...), uno de esos sitios que sólo conoce tu amiga la Laly (sí hombre sí, esa amiga tuya de "mírame-que-mona-soy-y-cuántos-quilos-te-sobran-a-ti" que todos tenemos por algún lugar) y haber empezado a beber. Claro